viernes, 10 de junio de 2011

Capitulo 10

Capitulo 10:Adentrandose en las tinieblas
Jack se levantó asustado y aturdido de ese sueño tan extraño. Estaba con la mente en blanco. A los pocos segundos Jack, recuperó la noción del tiempo, raudo, se dirigió a una pequeña  mesita en la que recordaba haber visto un pequeño cuaderno y un bolígrafo. A tientas en la oscuridad de esa sala, Jack consiguió palpar el cuaderno y el bolígrafo, con una mano, temblorosa por los nervios, escribió en un papel:

Amigos, espero que leáis este mensaje urgentemente. Veleen me ha visitado en otro sueño y me ha dicho que vaya a Arcaria urgentemente, lo siento me voy, ah y por cierto Tron, muchas gracias por la hospitalidad. Me largo.
Adiós.

Jack soltó el cuaderno sobre la mesa y salió de la casa rápidamente. Raudo, subió al ascensor y marcó el piso de la azotea, y esperó ese pitito que indicaba que había llegado, al rato llego a su destino y salió del ascensor. Ahí tenía que establecer el portal a Arcaria. Jack se dispuso a crear el portal, pensó en el viaje y echó los brazos hacia atrás e impulso sus brazos hacia delante provocando que un rayo purpura y azul saliese de las iluminadas manos de Jack, en cuanto el rayo llego a el suelo se expandió tomando una forma redonda casi perfecta. Jack se dispuso a entrar, un paso, otro paso, y se metió dentro del portal. Jack sintió un fuerte tirón e inmediatamente se encontró en un claro, un claro de un bosque tremendamente verde, era hermoso, la luz caía sobre el claro y algunos rayos se filtraban entre las verdes ramas de los arboles cercanos, no sabía dónde estaba, pero le gustaba,… Un arroyo caía en una cascada generando un ruido sedante y relajador que amodorraba a Jack, necesitaba ese aire fresco. Jack inspiró tremendamente y tomo una gran bocanada de ese aire puro y limpio y entonces cerró los ojos y se dejo llevar por ese bosque, entonces un grito le despertó de ese ensimismamiento.
-¡Jack!, ¿eres tú?
-¿Quién lo pregunta?
-Soy Gysak
Entonces Jack se giró y en efecto, un lince muy fiero y grande andaba hacia él, apoyándose en los cuartos traseros.
-Me alegro de verte muchacho-Dijo el felino mientras le daba a Glodir.
-Yo me alegro de estar de vuelta, Gysak, ¿Cómo supisteis que me transportaría aquí?
-Veleen nos lo dijo antes de volver a S VII. Ahora móntate en mi lomo, tenemos que llegar rápido al templo.
-Como quieras, lindo gatito, jejejejeje-Rió Jack.
-Muchacho, te la estás jugando, jeje-Contesto Gysak.
Jack subió con algo de dificultad al lomo de Gysak, era muy difícil subir al lomo de un lince gigante la verdad. Una vez sentado cómodamente en la espalda de ese enorme felino, Gysak se adentro en la espesura del bosque de Dayder y empezó a hablar a Jack con una voz muy extraña.
-Jack, vamos al templo de Leildarad, lo fundaron los elfos y mis antepasados beornidas, hace muchísimo tiempo, ya más de mil años. Está en ruinas completamente, todos los beornidas del bosque encuentran ahí su refugio, ah, y no solo eso, también es la plaza fuerte de la hermandad de los druidas beornidas, desde allí se organizan todos los movimientos, tanto de druidas como de beornidas. Actualmente, el templo, está bastante vacio, muchos de nuestros mejores hombres, animales y druidas están  guardando al nigromante en el castillo de Zol´Garad. Las cosas están muy mal en ese castillo, el nigromante ha percibido el drástico cambio que has traído al equilibrio, y sus poderes están volviendo a la vida. Está encerrado en un calabozo especial, el problema es que sus fuerzas están liberadas por el castillo, desde orcos hasta espectros, es realmente extraño. El ejercito del nigromante expulsó a nuestros chicos del castillo, ahora simplemente lo guardamos. Hay algo que nos preocupa mucho, hace un par de lunas avistamos a unos cuantos agentes de la hermandad del Drak, eso nos ha asustado muchísimo. Prepárate, pronto llegaremos.
-Genial, pronto veré a mis amigos.
-Han pasado dos semanas desde tu partida, y los dos elfos se fueron de Dayder, le requieren en una misteriosa reunión elfa, pasaran unos días en su hogar.
-Maldición.
-No maldigas joven Jack, yo os ayudare a entrar en el castillo. Ya estamos.
Dicho esto, Jack, avistó un enorme complejo de piedras y muros destruidos, había seres moviéndose dentro del complejo, las plantas trepaban por los muros, y un fuego estaba encendido en el centro de un circulo de rocas puestas a posta. Después de un último sprint por parte de Gysak, ambos, se encontraban bajo un radiante sol que iluminaba el tostado pelaje del lince, y las piedras de lo que antaño fue un hermoso templo elfo. Una vez parados, Jack, descabalgó de Gysak y anduvo hacia el templo. Jack estaba a punto de llegar al templo cuando una figura salió de entre las rocas y corrió hacia él.
-Al fin amigo mío, han pasado dos duras semanas-Dijo Delor.
-Hola amigo, yo también me alegro de haber vuelto, ahora cuéntame qué tal va la cosa.
-Gysak, habéis llegado rápido, Souler te espera, no me ha querido decir para qué, pero creo que se trata de algo relacionado con los soldados-Dijo Delor mientras se dirigía a Gysak.
-Genial-Dijo Gysak mientras galopaba hacia el interior del templo.
Delor y Jack se encaminaron hacia el interior del complejo.
-Ah, se me olvidaba comentártelo, Bek y Shayla están fuera…
-Sí, ya me lo explico Gysak. Solo somos dos para el castillo.
-No, Gysak nos acompaña, por cierto, partiremos mañana temprano.
El tiempo paso rápidamente mientras Jack estuvo en el templo. Conoció a Souler, uno de los comandantes del lugar, su transformación era de un enorme león negro. Jack vio combatir y entrenar a los beornidas, tenían un modo extraño de combate, mezclaban los golpes físicos, con ataques rápidos de navajas y espadas curvas, también usaban mucho las piernas, tanto para confundir como para atacar, era realmente curioso, ya que a veces se convertían en animales sin avisar y mordían y arañaban, o coceaban, Jack se quedo alucinado al verlos combatir entre sí, también se dio cuenta que eran muy honorables y respetuosos.
Jack comió con los beornidas, su dieta se basaba en frutas y carne, la verdad, aunque él prefería otras cosas, esa comida no estaba nada mal, la carne quizá un poco cruda, pero le pareció normal tratándose de semi-animales.
Después de una suculenta cena y de muchas risas e historias, Jack, se fue a dormir. Los beornidas le condujeron a una barraca en la que había unas cómodas hamacas, Jack se tiró sobre una y al rato, ya estaba durmiendo… y soñando.
Jack estaba de nuevo de pie sobre ese suelo metálico, de nuevo frente a esa cámara. El humo lo volvía a envolver todo con su siniestra y fría mano, la tenue figura de un cuerpo anciano, esquelético y demacrado se alzaba de la cámara, Jack solo distinguía su forma, pero supuso que se trataba de Veleen. Por culpa del humo no distinguía el resto de la estancia, pero sabía que se encontraba en la pasarela del sueño anterior. El anciano se aproximo a él con un paso lento. Jack espero a que se acercase. Ya estaba muy cerca pero él no distinguía su rostro, el humo era muy espeso. Al fin pudo distinguir el rostro de Veleen, tanto su cuerpo como su cara tenían un aspecto muy malherido, solo sus ojos, que se mantenían fuertes e incansables, le daban un pequeño toque de vida humana al cuerpo demacrado que Jack tenía en frente.
-Jack,… Cada día que paso aquí dentro es una t-tortura.
-¿Cómo?, Veleen, esto es un simple sueño.
-¿A caso alguna vez han sido tus sueños simples?.
-No, pero…-Dijo Jack sin saber que responder.
-Ahora hazme caso, te debo una gran explicación.
-Pues comienza por favor.
Veleen se aclaro la garganta y:
-El día que te lleve a casa de Tron, ocurrió una cosa, cuando salí de allí y fui a investigar la llave, conseguí convertirme en un guardia y llegar hasta el sitio, pero algo paso, unos hombres vestidos de negro bajaron de unos helicópteros y empezaron a disparar contra nosotros, eran de Voltec. Ellos volvieron al helicóptero con la pieza de la llave. Mis ``compañeros´´ murieron, así que me quite el hechizo y salí volando hacia ellos, me enganche en el helicóptero y espere…
-Sí, ¿y después?.
-Llegamos a la torre más alta de Nueva York, la torre Voltec. Una vez allí el helicóptero subió hasta el atico y aterrizo allí, los hombres bajaron del helicóptero con el fragmento y se unieron a un grupo de cuatro guardias que, al parecer, les estaban esperando. Yo me escondí detrás del helicóptero y cuando me dispuse a seguirlos, desaparecieron tras una puerta automática, no me podía arriesgar a usar la magia para abrirla, es peligroso usar magia potente en este mundo. Me quede en la azotea pensando, y pensando sobre cómo recuperar el cristal cuando el jefe de Voltec, Jonathan Mason, se apareció delante de mí, salió de la nada.
-¿Cómo?.
-No te lo he dicho por qué me avergüenzo de eso, Jonathan Mason, o como de verdad se llama, Valafard Leizer, es mi hermano.
-¿Cómo es posible?.
-Jack, nacimos de la misma madre, ambos deseamos lo mismo, pero de diferentes modos, ambos deseamos el equilibrio solo que él desea controlarlo, Jack, mi hermano era antes una buena persona pero se corrompió, y tenemos una extraña conexión que nos permite saber dónde está el otro en cualquier momento, yo no sabía que estaba en ese edificio porque mi mente estaba saturada intentando resolver el enigma al que me enfrentaba. Ahora no puedo explicarte toda la historia, Delor no tardara en despertarte.
-Prosigue.
-Mi hermano y yo, hablamos largo y tendido sobre el equilibrio y la llave, charlamos hasta que sus hombres llegaron, me apresaron y me metieron donde estoy ahora, en esa maldita cámara de sueño. No te estoy pidiendo que me rescates, pero sí que tienes que venir y conseguir el fragmento. ¿Entendido?.
-Entendido.
-Jack, te estoy diciendo que me prometas que pase lo que pase y veas lo que veas en tus sueños, no vengas a rescatarme, es muy peligroso, ¿entendido?.
-Vale, lo prometo.
Dicho eso, el sueño se desvaneció y volvió a aparecer el tenue resplandor verdoso y amarillento de la barraca en la que se encontraba Jack.
-Jack,… Jack,… ¡Jack!, despierta muchacho-Dijo Delor mientras le sacudía.
-Ho-Hola amigo-Bostezó Jack mientras se estiraba.
-Vamos muchacho, vístete, coge a Glodir y prepárate para marchar, el castillo esta algo alejado y no tenemos tiempo, ¡Vamos!-Dijo Delor con una inusitada energía.
-Vale, que nochecita, vaya…
-Espero que estés preparado para luchar.
-Siempre lo estoy.
-Vaya frase,… Bueno, Gysak nos espera, vamos.
-Vale ya estoy vestido-Dijo Jack saliendo de la barraca.
-Al fin Jack. Vamos muchachos, vuestras monturas están en la salida del templo, ¡Vamos a descuartizar orcos jajaja!-Dijo Gysak.
Los tres amigos salieron del templo. Los humanos montaron en sus caballos, Delor en su gran caballo negro y Jack monto en un alto corcel blanco, era un animal muy noble, mientras que Gysak adoptaba su forma cuadrúpeda.
-Seguirme muchachos, es muy posible que nos encontremos algunos enemigos. Souler me conto ayer que un tal Draztal Grunfoold, estaba liberando a los miembros de la hermandad del Drak que hay en las dispersas cárceles de este bosque. Dicen que Draztal es un poderoso y cruel orco, dicen que es el líder de…
-La hermandad del Drak-Concluyó Delor-. Gysak, él mató a mi familia y destrozo todo el pueblo en el que me crie, y no solo eso también mato al líder de mi pueblo, al gran Arcangel, nuestra deidad, de ahí saque a Angamar, y jure venganza-Dicho esto los vidriosos ojos de Delor brillaron con una intensa llama de rabia.
-Lo siento Delor, no sabía que…
-Lo sé, solo os advierto una cosa, si él está ahí, no podre controlar mi ira.
-No te juzgaremos por ello, tranquilo-Dijo Jack tranquilizadora mente.
Dicho esto los tres amigos partieron del templo en un sepulcral silencio. Los pájaros piaban y las flores cantaban, la brisa que pasaba entre los hermosos arboles creaban una maravillosa sinfonía que los trasladaba al paraíso. El sonido de la naturaleza amodorraba a Jack, el cual cabeceo mientras cabalgaba.
Unos ruidos misteriosos se alzaron desde los laterales del camino.
-¿Quiénes son?-Grito Jack sacando su arma.
-Son elfos, salvajes, claro.-Dijo Gysak alzándose sobre sus cuartos traseros.
-¿Nos atacaran?-Pregunto Delor-Llevo mucho sin venir por aquí.
-Nos atacaran, eso está claro, pero podremos.
Al instante unas figuras altas y enfundadas en capas negras se lanzaron sobre ellos. Los elfos eran bastante numerosos, al menos veinte asaltantes. Delor se lanzo contra un pequeño grupo de tres elfos, los cuales cayeron bajo dos simples mandobles de Angamar. Gysak dio un energético salto sobre dos de ellos, y los ataco por la espalda. Jack se encaraba a un par de ellos, mientras esquivaba y paraba golpes, una certera estocada de Delor, perforo el corazón de uno de los oponentes de Jack, el otro huyo bosque adentro junto con otros dos elfos, los demás habían caído, misteriosamente, bajo las garras de Gysak.
-¿Cómo has podido doce contrincantes, en tan poco tiempo?
-Subestimas la magia de los beornidas Jack.
-Vaya-Dijo Delor con asombro.
Dicho eso, los tres amigos marcharon hacia su inevitable destino, el castillo del nigromante ya no quedaba lejos.
Las horas pasaron y la mañana dio paso a una tarde naranja. Jack había comido un poco de pan a modo de almuerzo, estaba cansado y hambriento, cuando al fin llegaron a la cerca que franqueaba el castillo. Descabalgaron sus monturas y se dirigieron a pie hacia el castillo. Era un gran edificio gris y negro, unos gruesos muros de piedra gris oscuro y unas tremendas puertas metálicas de color negro le daban un toque muy siniestro y maligno al lugar. Parecía que dentro de la cerca todo lo que crecía, crecía marchito y seco, no había plantas ni arboles solo unos brezales grises. Con un paso lento los tres compañeros llegaron a la puerta.
-Gysak, gracias, pero a partir de aquí no tienes porque continuar.
-Delor, no me iré. Souler me explico que hace unos días se encontraron a dos de nuestros hombres clavados en estacas en la puerta del cerco, esto ya es personal, te lo aseguro.
-Como quieras. Ya es hora de adentrarse en las tinieblas.
Dicho esto Jack abrió la puerta, una fría ráfaga de aire salió de la impenetrable oscuridad del interior del castillo. Jack tenía la sangre helada, pero aun así, se armo con toda su valentía y entro en el castillo dejando así que la oscuridad lo abrazase y envolviese en sus entrañas. Delor y Gysak lo siguieron hacia la oscuridad, con ese simple acto, ambos, le demostraron a Jack que su lealtad es lo suficientemente grande como para seguirle hasta la mismísima muerte.

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